La venta del Klimt

Y se vendió el Retrato de la Señorita Lieser de Gustav Klimt en EUR 30,000,000. Nada mal para una casa de subasta como im Kinsky que por unos minutos tuvo la expectativa mundial y quizá ese fue el mayor logro debido a que por lo general las casas de subas que no están en primera línea (caso Sotheby's o Christie's) difícilmente alcanzan ventas contabilizadas en millones.

Otro logro fue que se haya vendido la obra en el estimado mínimo.

Por otro lado, la expectativa de alcanzar el estimado máximo, cincuenta millones de euros, superarlo o batir el récord de la Dama del abanico, vendida el año pasado; e incluso superar el propio récord de Klimt, eran metas de ensoñación. Si embargo, la mente tiene alas antes de toda puja, ese es el atractivo de toda subasta, pero el plano realista finalmente aterriza las ilusiones.

¿Fue una buena venta? Para Kinsky, definitivamente.

¿Para los precios de Klimt? No, pero tampoco es desdeñable, son treinta millones de euros.

Un aspecto más es la situación económica europea, por un lado, y la batalla "empresarial" de las casas de subasta, por otro. Kinsky no tiene la resonancia, o contactos de las subastadoras mencionadas. Incluso entre esta casa austriaca y las inglesas, hay una lista de otras casas de remates de menos renombre que, sin embargo, están muy por encima con estimada trayectoria, para alcanzarlas el trabajo se mide en años.

Hicieron lo que tenían que hacer: tener una buena obra y mucho marketing. Este último alcanzó su objetivo.

Sobre las obras de arte de Gustav Klimt hay que decir que se trata uno de los diez artistas más importantes del mercado del arte (N°9 en el ranking mundial según artprice) y el mayor valor para esta obra en particular, fue el criterio del "rarity". Toda la publicidad estuvo basada en la frase "la obra perdida" y desde aquí no se puede añadir más a la abundante información que al respecto se ha publicado en estos días.